#11_Deja de buscar si no sabes dónde
La principal dificultad con la que suelo encontrarme en sesiones no tiene que ver con cómo conseguir lo que se quiere, sino más bien, con descubrir el qué.
Porque cuando lo sabes y no encuentras la forma, buscas alternativas.
Y lo mismo ocurre con la insatisfacción laboral: el gran problema no es salir, es identificar la causa real que la provoca.
¿Por qué ocurre esto?
- Porque no tenemos ni idea de por dónde empezar la búsqueda.
- Porque desde pequeños nos han dicho lo que teníamos que hacer y cómo hacerlo. Qué carreras podían tener más salidas, qué sectores pagaban mejor, qué posiciones eran de mayor éxito...
Ahora, ya en la edad adulta, muchos de nosotros cuestionamos estas decisiones y la mayor problemática reside en conocernos.
Quiero compartirte la que para mi es la fórmula del éxito para todo esto de lo que estoy hablando.
Entender cuáles son nuestras preferencias, qué nos interesa, qué nos hace sentir cómodos, qué se nos da bien o cuáles son nuestros entornos elegidos, nos permite definir un plan en el que tomar decisiones resulta mucho más sencillo.
Un plan que nos acerca a la satisfacción laboral, y que además nos facilita la posibilidad de encontrar nuevas alternativas en caso de que no sea el entorno, posición, empresa, sector o trabajo.
Ahora bien, y este es el quid de la cuestión, ¿cómo identifico aquellas cosas que me gustan, las que elijo y se me dan bien?
Una forma sencilla de empezar es identificando cuáles son tus preferencias de comportamiento para poder crear tu propio árbol de decisión.
Por ejemplo:
- ¿Soy una persona introvertida o extrovertida?
- ¿Soy una persona más metódica o prefiero guiarme por mi intuición?
- ¿Me gusta el trabajo en equipo o trabajo mejor de forma individual?
- ¿Me siento cómodo liderando equipos o prefiero que otros decidan?
- ¿Estoy enfocado a resultados o a tareas?
- ¿Me guío por la lógica o prefiero hacer volar mi imaginación?
Estas son solo algunas polaridades, existen escalas de grises, pero como punto de partida me permite mostrarte la relevancia del conocimiento de este tipo de rasgos de personalidad para que puedas entender el ejemplo que quiero ponerte a continuación.
A continuación voy a hablarte de un caso real en el que trabajé en uno de los procesos de coaching del año pasado y que sirve de muestra para unir todas estas piezas.
Obviamente comparto contigo esta historia con su permiso pero con un nombre ficticio.
Caso real:
Carla tiene 36 años y trabaja en una empresa tecnológica en la que ocupa el puesto de responsable del equipo de ventas formado por 15 personas.
Es parte de la empresa desde sus inicios en 2020 así que la ha visto crecer de 0 y con ella ha evolucionado también su carrera. Ha ido ascendiendo hasta su posición actual, promoción que le ofrecieron en diciembre 2022.
Carla quiso iniciar un proceso de coaching porque quería definir sus próximos pasos a nivel profesional. De alguna manera sentía que había algo que no estaba funcionando pero como le parecía que tenía todo de cara (desarrollo profesional, crecimiento, buen salario, trabajo en remoto), no sabía muy bien el qué.
Así que el objetivo de las primeras sesiones fue trabajar en identificar la causa de su insatisfacción laboral.
Ya te avanzo que es imposible hacer ningún cambio sostenible en el tiempo sin identificar la causa real de tu problemática actual porque muy probablemente vas a arrastrarla en todas tus futuras posiciones laborales.
La posición de Carla era de un perfil muy concreto para este tipo de empresa y sector:
- Orientada a resultados.
- Seguridad y pragmatismo para la toma de decisiones.
- Pensadora original con iniciativa para la resolución de problemas.
- Sociable y directa para negociar con stakeholders (en la empresa se referían a esta característica como "no dejarse manipular por los de arriba").
A medida que Carla avanzaba en su trabajo de exploración e introspección iba siendo más consciente de lo lejos que estaba del terreno en el que ella realmente se sentía más cómoda y se le daba mejor.
Hago un pequeño inciso para recordarte la fórmula del éxito que he mencionado anteriormente:
- Me gusta - lo elijo - interés / práctica - se me da bien = satisfacción = ÉXITO
¿Dónde se sentía cómoda Carla?
Ella es una persona que disfruta de tener su tiempo para evaluar los posibles escenarios ante un posible problema y le gusta hacerlo sin prisas ni agobios. Recopila datos y los analiza minuciosamente para entender a conciencia los pros y los contras.
Es una persona creativa pero no le gusta demasiado improvisar.
En las reuniones con stakeholders siente que tiene que hacer un papel que no le pega nada, un poco de "femme fatale" decidida y competitiva, que parece que tenga todo bajo control. Y no soporta el conflicto.
Entre risas confidentes una vez me dijo: “Andrea, yo no soy una femme fatale ni quiero serlo".
Empezamos a trabajar con Carla las preferencias de comportamiento para que pudiera tener una guía más clara y sólida antes de tomar cualquier decisión y ver si realmente coincidía con la imagen que ella tenía de sí misma.
Para este ejercicio yo trabajo siempre con la herramienta Insights Discovery que te permite conocer con mucho detalle tu estilo personal, cómo te relacionas y comunicas, cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles o cómo tomas decisiones, entre otros.
Lo hace a través de un cuestionario en el que la persona indica cuáles son sus preferencias de comportamiento ante una situación y contexto. Esa preferencia de respuesta indica cómo elegimos mostrarnos y cómo decidimos interactuar.
La preferencia por un comportamiento o un tipo de respuesta es algo que elijo, lo elijo porque me gusta, quiero ser así.
Por eso seguramente se me de bien ese contexto.
Todo lo que suponga hacer lo contrario, va a suponerme esfuerzo y probablemente no se me de tan bien, me estrese o me genere una sensación de insatisfacción que difícilmente sepa cómo resolver por mi misma.
En el caso de Carla descubrió que tenía preferencia por una energía a la que:
- Le gusta tomarse su tiempo para pensar y analizar antes de sacar conclusiones.
- Es cuidadosa, diplomática y tiene en consideración las necesidades de los demás.
- Es más bien reservada y no siempre se siente cómoda diciendo lo que piensa o siente.
Entre sus puntos fuertes están:
- Busca la armonía en cualquier situación.
- Responsable y metódica. Se le dan bien los números y los procedimientos.
- Presta mucha atención a los detalles.
- Le gusta ser útil y ayudar a los demás.
Entre sus puntos débiles:
- Poco dispuesta a arriesgarse a probar nuevas ideas.
- Tiende a analizar las cosas en exceso, antes de actuar.
- Evita el conflicto como la peste.
- Es reacia a decir "no" (se hace cargo muchas veces de demasiadas cosas).
La causa de la insatisfacción de Carla no era no tener las habilidades o competencias para ese puesto, sino más bien, que ella se sentía más cómoda trabajando en otro tipo de entorno e identidad (de esto hablamos en la última newsletter por si quieres echarle un ojo).Llegados a este punto del proceso Carla tenía claro el qué, ahora faltaba el cómo.
- Opción 1: podía quedarse en un trabajo en el que siente cierta incomodidad por estar fuera de su perfil preferente. Esto no significa que no tenga las habilidades o no pueda hacerlo, significa que no es lo que prefiere.
- Opción 2: buscar una alternativa dentro o fuera de la empresa que se ajuste a su perfil de trabajo y estilo personal y profesional. Es decir, que le permita desarrollarse en ese entorno y competencias que elija, se le dan bien y disfruta. Ergo, le hacen sentir satisfecha.
Si tienes curiosidad por esta herramienta y lo precisa que puede llegar a ser, tienes toda la información aquí donde además podrás descargar un ejemplo de perfil básico tipo que se hace a la entrega.
Ahora si, hasta el próximo martes.
Atentamente y sin ánimo de encajar, Andrea 🤓